viernes, 18 de diciembre de 2009

Feliz Navidad y un Próspero Año Nuevo.

Queridos amigos, no podía dejar pasar este momento para dirigirme a ustedes, expresándoles mis deseos de que el próximo 2010 sea un año de dicha y felicidad para todos.

Este ha sido un año difícil para todo el mundo. La crisis económica nos impactó a todos. La pérdida de los indices de empleo, el aumento de la pobreza, las separaciones de las familias en busca de mejores oportunidades.  Poco a poco se van viendo los primeros signos de salida para  nuestros países y ojalá nos alcance a todos.

Por otro lado y especialmente en latinoamérica, la inseguridad y las cifras de violencia siguen siendo alarmantes. Los espacios seguros se reducen y la inseguridad y la violencia han llegado a la escuela, llega al punto más vulnerable para la familia. La inseguridad trae aparejada una pérdida de libertad y sin libertad se presenta una pérdida de identidad. ¿Quien soy?

Nuestros niños resultan los más afectados por las crisis. Cuídemos a nuestros niños.

Que el próximo año podamos dedicarnos a concretar nuestros proyectos y mejorar nuestras realidades. Que tengamos la libertad que necesitamos para ser nosotros mismos. Que podamos proyectar nuestro trabajo para mejorar  entorno y que por sobre todas las cosas podamos sentirnos vivos, activos, propositivos y satisfechos con nuestros caminos.

Un abrazo para todos. Feliz Navidad y un Próspero Año Nuevo.

jueves, 29 de octubre de 2009

No me eches a un lado, necesito de tí.


En un grupo de TDA-H que sigo por Facebook, ha sido un tema recurrente, la estigmatización a que son sometidas las personas, especialmente niños y adolescentes con TDA-H. Incomprensión, estigmatización, discriminación, etiquetación, son palabras de uso cotidiano entre pacientes, familiares y profesionales que de alguna manera estamos vinculados con el TDA-H.

Entiendo la impotencia que se genera cuando cada día se habla más de escuela inclusiva, atención a la diversidad y derechos humanos y por otro lado se escucha a los padres sentirse agobiados porque su hijo, vive bajo la presión y amenaza constante de que va a ser expulsado de su escuela, o es limitado en la realización de determinadas actividades por ser hiperactivo o distraído, o lleva una carga impresionante de trabajo a casa para el fin de semana porque no le ha dado tiempo en la escuela o algunos días no ha trabajado, o en el peor de los casos son abusados, mofados y burlados por sus compañeros porque piensan que son tontos.

Permítanme citar un comentario de Adriana Pérez Legaspi Presidenta de AMAHTA, Asociación Mexicana por el Déficit de Atención Hiperactividad y Trastornos Asociados A.C. “En México un alumno de cada aula de todo el Sistema de Educación público y privado, en todos los grados, está siendo hoy discriminado, etiquetado, maltratado por un trastorno del que no es responsable y que con frecuencia ni sabe que lo padece. ¡El TDA-H requiere de ajustes en la enseñanza y no de correr a los chicos!

En México, se ha dictaminado positivamente y aprobado en ambas Cámaras, la modificación a la Ley General de Educación que prevé la protección contra la discriminación escolar de los niños y adolescentes con TDA-H asentando:

PROYECTO DE DECRETO POR EL QUE SE ADICIONAN DIVERSAS DISPOSICIONES A LA LEY GENERAL DE EDUCACIÓN.

Artículo Único.- Se adicionan fracciones las XIII y XIV al artículo 75 y una nueva fracción III al artículo 76 de la Ley General de Educación, para quedar como sigue:

Artículo 75.- Son infracciones de quienes prestan servicios educativos:

XIV.- Expulsar o negarse a prestar el servicio educativo a niñas, niños y adolescentes, que presenten problemas de aprendizaje o conducta en el aula o la escuela; condicionar su aceptación o permanencia en el plantel a someterse a tratamientos médicos específicos; presionar de cualquier manera los padres o tutores para que acudan a médicos o clínicas específicas que no sean oficiales, para la atención de problemas de conducta o aprendizaje de los educandos.

Este es el resultado del arduo trabajo de un gran número de mexicanos conscientes de que una sociedad democrática, no debe excluir a sus ciudadanos por ninguna condición y que resulta una responsabilidad de los Gobiernos Democráticos, proteger a los ciudadanos que los han elegido. Pero también es importante comprender que no se trata de satanizar a las escuelas y los maestros, sino que con esta aprobación se asuma la responsabilidad por el Sistema de Educación de prepararlos para que puedan enfrentar la atención a este trastorno que aún cuando se habla tanto de él, sigue siendo el gran desconocido para muchos de los actores significativos de su intervención psicosocial y educativa.

Ningún maestro en México o el Mundo puede lastimar, discriminar o maltratar a un niño, por falta de información. Mucha indignación me ocasionó hace algunos días, cuando al visitar una escuela para informarlos acerca del diagnóstico de uno de sus alumnos y brindarle orientaciones para el trabajo con él al maestro y a las autoridades educativas del centro, el maestro cuestionó por qué el debería hacer esos ajustes y seguir esas orientaciones e insistió que el niño debería irse a otra institución. Cuando enfáticamente dijo, por qué YO, solo lo miré fijamente y le dije: por una simple razón usted es el Maestro y no sabe la diferencia que puede hacer un maestro en la vida de un Alumno.

De acuerdo con información oficial, el TDA-H en México afecta a 5 millones de personas, pero su diagnóstico tarda en detectarse en promedio 1.9 años, mientras que apenas 3% de los pacientes reciben un tratamiento médico y psicológico adecuado, esto sin contar que el tratamiento es mayormente recibido en instituciones de servicio particular porque el Sistema de Salud Pública solo cubre una ínfima parte de los gastos de atención a los problemas de salud mental. Se calcula que en el país existen alrededor de un millón y medio de niños y jóvenes con TDAH. Los que no son diagnosticados ni tratados tienen serios problemas en su proceso de aprendizaje, en sus relaciones familiares, en las relaciones con sus pares y en su ajuste personal y social. El TDA-H es una “discapacidad invisible” porque incapacita a la persona que lo padece para la realización de la mayor parte de las actividades fundamentales y que son necesarias para lograr una estabilidad personal y social satisfactoria.

Entender que el TDA-H no es una falta de capacidad, sino un desorden del desempeño, debe ser el elemento esencial para hacer que el Sistema Educativo no estigmatice y pueda ser realmente una ayuda a los niños y adolescentes con TDA-H. Las personas con TDA-H no parecen beneficiarse de experiencias pasadas, no parecen ser capaces de esperar la gratificación, de estar evaluando lo que les está pasando, tienen dificultad para regular las emociones, para crear y mantener la motivación, para encontrar soluciones a sus problemas y son menos capaces de usar el lenguaje para controlar su conducta.

Los síntomas suelen ser muy variables y de aparición situacional, por lo que merecen una comprensión específica por parte del entorno que no es un invitado ocasional en este escenario, sino un participante activo, decisivo y permanente. La familia y la escuela son los entornos de relación que reciben el impacto cotidiano y sus comportamientos sintomáticos y es por eso que tanto la familia como la escuela, deben estar preparadas para cumplir su rol en el proceso de ayuda y a la vez en su propio fortalecimiento como instituciones sociales donde impactan significativamente los síntomas. El TDA-H no se controla a voluntad, ni porque le repitamos al niño o adolescente muchas veces que debe hacerlo. Las formas tradicionales de educar y aprender, no siempre funcionan cuando un niño tiene TDA-H, se deben aprender nuevos hábitos, nuevas maneras de conducirse y por eso requieren de la ayuda y el apoyo de sus padres, sus maestros y el entorno social en general.

La divulgación de la realidad del TDA-H, las redes sociales que agrupen a pacientes y familiares así como a profesionales, maestros, psicólogos, médicos, etc, el estudio y la búsqueda de información constante serán fundamentales para la comprensión y el cambio de actitudes, tanto de la familia, como la escuela y el entorno del niño que no entiende su problema.



martes, 20 de octubre de 2009

¡Libertad! En solidaridad con los Blogueros Cubanos.

Mil disculpas para mis seguidores por utilizar nuestro Blog, normalmente con un carácter educativo, pero no podía resistirme a la idea de solidarizarme con mi pueblo. Mil gracias.



- Libertad de opinión

- Libertad de acceso a Internet
- Libertad para entrar y salir de Cuba
- Libertad de asociación
- Libertad para los presos de consciencia
- Libertad para Cuba

domingo, 11 de octubre de 2009

Mi hijo tiene TDA-H. ¿Qué puedo hacer como padre?

El TDA-H es el trastorno de neurodesarrollo que en el campo de la salud mental, más a menudo se diagnostica, pero generalmente su diagnóstico tarda en detectarse en promedio 1.9 años, mientras que apenas 3 % de los pacientes recibe un tratamiento adecuado. Es una situación de inadaptación o desajuste a las exigencias del medio social a partir de una condición congénita y que al mismo tiempo se encuentra bajo la influencia del entorno social de referencia.
Desde el punto de vista cuantitativo, no es un problema de todo o nada, sino de grados y esto influye en las muy diversas formas en las que pueden expresarse los síntomas. Pueden aparecer diferentes perfiles dentro del mismo trastorno. Los síntomas aparecen en cualquier lugar, todos los días y en cualquier momento. Se caracteriza principalmente por una dificultad para mantener y regular la atención, y/o una actividad motora excesiva y un déficit de reflexibilidad.
El TDA-H se considera que no es una falta de capacidad, sino un desorden del desempeño. Es un trastorno sobre el “cómo hacer lo que se sabe” no sobre “el saber hacer”. No consiste en carecer de conocimientos o habilidades, sino carecer de las capacidades para organizar las actividades y llevarlas a feliz término.
Los niños y adolescentes con TDA-H tienen dificultades para beneficiarse de experiencias pasadas, no parecen ser capaces de esperar la gratificación y estar evaluando lo que les está pasando; tienen dificultad para regular las emociones, para crear y mantener la motivación, son menos capaces de usar el lenguaje para controlar su conducta y tienen dificultad para encontrar soluciones a sus problemas entre otros síntomas. Por lo mismo el medio ambiente, no es un invitado ocasional en este escenario, sino un participante activo y permanente, ya que los síntomas son variables y de aparición situacional, por lo que merecen una comprensión específica por parte del entorno.
Para los padres, siempre resulta una preocupación qué tan grave están presentándose los síntomas en su hijo. Deben entender que la gravedad de los síntomas, va a estar determinada por la magnitud en que estos impactan el desempeño en su vida cotidiana, en los diferentes ambientes: la familia, la escuela, el grupo de pares y la estabilidad personal. La familia y la escuela, son los ámbitos sociales que reciben el impacto cotidiano y los comportamientos sintomáticos del TDA-H en cualquier edad.
La familia constituye el primer entorno social de referencia en el que se desenvuelve el niño. Cumple un rol decisivo a la hora de diseñar formas de vivir, de lograr éxitos o sufrir fracasos, avanzar o desviarse del camino, desarrollar o inhibir el desarrollo. Debe tomar en cuenta que las formas tradicionales de educar y aprender, no siempre funcionan cuando un niño tiene TDA-H. El TDA-H no se controla a voluntad, ni porque le repitamos muchas veces al niño o adolescente que debe hacerlo. Deben aprender nuevos hábitos y requieren de la ayuda y el apoyo de sus padres.
¿Qué características debe tener esa ayuda? En principio la ayuda va a estar dirigida a la disminución de los síntomas. Es necesario diferenciar a la persona de sus comportamientos sintomáticos y de sus comportamientos inadecuados. Los padres deben acompañar a los hijos sin condición, ya que la naturaleza de los síntomas, hará que aún controlando el ambiente, persistan en cierta medida sus manifestaciones. Implica un ajuste continuo del tipo de ayudas, a las dificultades que se presentan y a los progresos que se van realizando en su desempeño conductual y se van retirando de forma progresiva a medida que el niño o adolescente va asumiendo una mejor autonomía y control sobre su conducta.
¿Cómo realizar este acompañamiento?
 Mantenga expectativas realistas: Ajuste sus expectativas. Negar los síntomas del TDA-H, no protege al niño de las dificultades en la escuela, el rechazo social y los problemas de conducta, solo le impide recibir la ayuda adecuada. Vean el problema del hijo como un reto hacia el crecimiento familiar y movilicen las redes de apoyo social, en casa y fuera de ella. Si bien es cierto que no pueden controlar el hecho de que tiene TDA-H, sí pueden controlar la manera como se manifiestan los síntomas y cuáles son las ayudas que su hijo necesita. Tener expectativas realistas hacen que no se esperen cambios unilaterales y de forma rápida y se mantenga un buen nivel de tolerancia ante sus dificultades.. Los cambios son graduales, dependen del esfuerzo de todos y se dan en áreas específicas, más que globales.
 Regulación del ambiente en casa: El estudiante con TDA-H precisa más estructura y organización, más frecuencia en las consecuencias positivas y mayor inmediatez de estas, más consistencia en las consecuencias negativas, reajustes especiales para el desarrollo de sus actividades. Aprender nuevos hábitos requiere de un orden en casa, rutinas claras, estructura, organización, asignación de responsabilidades y muy en especial modelamiento de las conductas por los padres y sistemas de referencia. Además resulta necesario el establecimiento de un sistema de consecuencias, tanto positivas como negativas. Pero sobre todo, consistencia y unidad de acción de los padres. El éxito del trabajo de la familia consiste en enfocar la mirada a las soluciones más que a los problemas, adoptando una actitud de cooperación. No perder de vista que la solución tiene que ver con las alianzas que se establezcan.
 Ayudar a los procesos de autorregulación: Proporcionar las consecuencias a la conducta de forma inmediata y con mayor frecuencia de lo habitual. Las consecuencias inmediatas, breves, consistentes, evidentes, parecen ser las más efectivas. Es necesario mantener las consecuencias negativas de forma proporcionadas a las positivas, aplicando un plazo razonable antes de utilizar las primeras. Ignore comportamientos menores. Su desequilibrio frente a las consecuencias positivas, hará que estas pierdan valor como refuerzo y que el niño se habitúe al castigo y deje de ser eficaz. Las consecuencias negativas deben acompañarse de la enseñanza y refuerzo de las conductas alternativas. Evitar aplicar los refuerzos negativos de forma encadenada creando de una situación de castigo un motivo más para un nuevo castigo. Cambiar los refuerzos con frecuencia, sobre todo los positivos, para que no pierdan efecto. Diseñar un menú rotatorio que permita su cambio de frecuencia sin agotar alternativas. La retirada de un refuerzo positivo suele ser más eficaz que la administración de una consecuencia negativa. Anticipación a la conducta del niño, recordarle periódicamente las normas y los objetivos y hacer que participe de esta repetición.
 Utilización de reforzamientos: Reforzar utilizando cosas tangibles, objetos, premios, etc. Recompensar permitiendo actividades, juegos, salidas, etc. Administrar reforzadores sociales y afectivos en forma de reconocimientos, abrazos, gestos positivo. Entrenar en la aplicación de autoreforzadores.
 Desarrollar habilidades sociales. La familia es un entorno social por excelencia y es donde se inicia el desarrollo de las habilidades sociales en el niño. Es necesario modelar y practicar las habilidades en casa: (mirar a la persona que habla, escuchar, ponerse en el lugar del otro, esperar turnos, tolerancia, dar y recibir ayuda, hacer cumplidos, no agredir, negociar. La familia debe reforzar el reforzar el diálogo y la participación de todos y con todos. Aprovechar todas las posibilidades de intercambios sociales y hacer al niño un participante activo en las diferentes formas de interacciones sociales.
 Enfocarse en sus áreas de competencias y talentos: Observe qué pueden hacer bien.Trate de que ellos identifiquen estas fortalezas. Nunca podrán trabajar para resolver sus dificultades sin conocer para qué son buenos. Refuerce esta idea ante la comunidad y el resto de la familia. Centre el trabajo en estas fortalezas para influir y modificar sus debilidades.
Los padres no deben olvidar, que cuando como familias nos sentimos solos en la labor educativa, ello nos puede llevar a la exclusión y/o la negación y cualquiera de estos sentimientos paralizan su acción en función de la ayuda a sus hijos. No deben perder de vista lo necesarias que resultan su presencia y su colaboración y también la importancia de su actitud en todo el proceso de ayuda.
Necesitamos convencer a todos los individuos y estamentos implicados en la educación y la salud mental, de la indiscutible realidad del TDA-H y de sus perjudiciales efectos sobre los individuos, su familia y la sociedad en general. El TDAH tiene carácter crónico, es variable y se manifiesta de diferente manera según la edad, por lo tanto habrá épocas buenas y malas. No se debe abandonar el tratamiento, se deberá revisar y ajustar a las necesidades de cada época.
Tu hijo necesita de ti, no olvides ser un “Adulto Carismático” para tu hijo. La premisa: Conocer el problema. Acompañar. No agotar opciones. Crear resistencias.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Nueva clave cerebral del déficit de atención. BBC Ciencia


Atención amigos que me siguen, me permito transcribirles el artículo que aparece en la BBC, (www.bbc,co.uk/mundo/cienciaq_tecnología). Me parece interesante especialmente por la manera como explican, las posibles causas del impacto que el TDA-H tiene en la estabilidad de las emociones y en las motivaciones y el esfuerzo para salir adelante. Estos estudios tienen especial importancia para los maestros y en el manejo de las relaciones familiares. Vale la pena pensar en estos hallazgos y elaborar estrategias, independientemente de la ayuda de los fármacos.
Transcripción: BBC Ciencia.
Científicos descubrieron la primera "evidencia definitiva" de que las personas que sufren el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), tienen una composición química cerebral diferente.
Se encontraron nuevas diferencias en zonas del cerebro relacionadas a la recompensa.
Los científicos del Laboratorio Nacional Brookhaven del Departamento de Energía de Estados Unidos encontraron que las personas con TDAH tienen niveles más bajos que lo normal de proteínas esenciales para poder experimentar la sensación de recompensa y motivación.
El hallazgo, afirman los científicos en la Revista de la Asociación Médica Estadounidense (JAMA), podría ayudar en el diseño de nuevas formas para combatir la enfermedad que afecta principalmente a niños y jóvenes.
El TDAH es una enfermedad caracterizada por una reducida capacidad para mantener la atención, poca habilidad para procesar la información debido a la distracción moderada a severa, inquietud motora, inestabilidad emocional y conductas impulsivas.
A pesar de ser uno de los trastornos psiquiátricos infantiles más estudiados, todavía se conoce muy poco sobre sus causas pero se cree que podría deberse a un desequilibrio en los neurotransmisores (los compuestos encargados de transmitir señales nerviosas en el cerebro).
Recompensa y motivación
Estudios previos en los cerebros de personas con TDAH habían revelado diferencias en zonas del cerebro que controlan la atención y la hiperactividad.
Pero este estudio sugiere que el trastorno también tiene un profundo impacto en otras áreas del cerebro.
Este déficit en el sistema de recompensa del cerebro podría ayudarnos a explicar los síntomas clínicos del TDAH. Incluidos la falta de atención y la reducida motivación, así como la propensión a complicaciones como abuso de drogas y obesidad en los pacientes con TDAH
Dra. Nora Volkow:
"Este déficit en el sistema de recompensa del cerebro podría ayudarnos a explicar los síntomas clínicos del TDAH" afirma la doctora Nora Volkow, quien dirigió la investigación.
"Incluidos la falta de atención y la reducida motivación, así como la propensión a complicaciones como abuso de drogas y obesidad en los pacientes con TDAH".
Los científicos compararon los escáneres cerebrales de 53 adultos con TDAH que nunca habían recibido tratamiento con los de 44 personas que no tenían el trastorno.
Todos los participantes habían sido cuidadosamente analizados para eliminar factores que podían potencialmente influir en los resultados.
Los científicos utilizaron una forma sofisticada de escáner, llamado tomografía por emisión de positrones (TEP), con el cual pudieron analizar la forma como los cerebros de los participantes manejaban la dopamina, un compuesto químico cerebral que es un regulador muy importante del estado de ánimo.
Vías de dopamina
En particular midieron los niveles de dos proteínas -receptores y transmisores de dopamina- sin los cuales ésta no puede funcionar efectivamente para influir en el ánimo.
Los pacientes con TDAH mostraron niveles menores de ambas proteínas en dos áreas del cerebro conocidas como el núcelo accumbens y el mesencéfalo.
El uso de fármacos para tratar a los niños con TDAH es muy controvertido.
Ambas forman parte del sistema límbico, el responsable de las emociones y de sensaciones como la motivación y la recompensa.
Los pacientes con síntomas más pronunciados de TDAH mostraron los niveles más bajos de ambas proteínas en estas áreas.
Según la doctora Volkow el hallazgo apoya el uso de medicinas estimulantes para tratar el TDAH para elevar los niveles de dopamina. Y también apoyan la teoría de que las personas con TDAH pueden ser más propensas al abuso de drogas y a la obesidad porque inconscientemente están intentando compensar sus deficientes sistemas de recompensa.
"Nuestro hallazgo implica que los déficits en las vías de recompensa de la dopamina juegan un papel en los síntomas de falta de atención en el TDAH" dice la investigadora.
"Y esto podría ser lo que subyace a la respuesta anormal de estos pacientes a la recompensa".
Tal como explica la científica, estas vías de la dopamina juegan un papel clave en el refuerzo, motivación y aprendizaje de formas para asociar los distintos estímulos a las recompensas.
Otros expertos creen que estos hallazgos ayudarán a convencer a la gente que argumenta que el TDAH tiene más que ver con problemas de crianza y de educación que con trastornos médicos concretos.
"El hallazgo de esta nueva investigación será muy importante para ayudarnos a entender la presentación de síntomas" afirma Andrea Bilbow, de la organización ADDISS.
"Pero más importante aún es el hecho de que puede ofrecer a los maestros una idea más clara de las herramientas que deben usarse para dar cabida en el salón de clases a los niños con TDAH".
"Durante mucho tiempo se ha asumido que los niños con TDAH son deliberadamente malintencionados, lo cual ha provocado una mala gestión de estas personas y eventualmente su exclusión permanente de la escuela", agrega la experta.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Vivir con TDA-H: Un trastorno de toda la vida. Cosas que no se deben olvidar.

El TDA-H es el trastorno conductual más comúnmente diagnosticado en la infancia. Ocurre en el 3 al 5 por ciento de los niños en edad escolar. Se desconoce la etiología exacta del TDA-H, aunque se han implicado déficits de neurotransmisores, la genética y las complicaciones perinatales. Interfiere con la capacidad de un individuo para regular el nivel de actividad (hiperactividad), inhibir la conducta (impulsividad) y prestar atención a las tareas (falta de atención) de la manera que es apropiada para su nivel de desarrollo.

El TDA-H representa un importante y costoso problema de salud pública. En México afecta a más de un millón y medio de infantes, de los cuales solamente más de 100 mil han sido tratados. Esto implica también que es el trastorno neurológico que en el campo de la salud mental más a menudo se diagnostica, pero generalmente su diagnóstico tarda en detectarse en promedio 1.9 años, mientras que apenas 3 por ciento de los pacientes recibe un tratamiento médico adecuado.

Unos 100 científicos de la comunidad internacional crearon la declaración de consenso sobre el TDA-H, como referencia sobre el estatus de los hallazgos científicos sobre este trastorno. En ella se planteó: "Como cuestión de ciencia, la idea de que el TDA-H no existe es sencillamente errónea. Todas las asociaciones médicas importantes y las agencias gubernamentales para la salud reconocen al TDA- H como un trastorno genuino, porque la evidencia científica que así lo indica es muy abrumadora".

Con frecuencia se da más credibilidad a los Mitos y Errores difundidos desde hace años que a Realidades puestas de manifiesto más recientemente. El trastorno por déficit de atención con hiperactividad, es un trastorno conductual de la infancia relativamente común, con importantes consecuencias para los individuos afectados, sus familias y la sociedad.

El TDA-H es superior a un 57%, entre los hijos de padres con TDA-H. Los estudios de seguimiento hasta la edad adulta muestran una persistencia del TDA-H superior al 50%.

El TDA-H no se controla a voluntad, ni porque le repitamos muchas veces al niño o adolescente que debe hacerlo. Las formas tradicionales de educar y aprender, no siempre funcionan cuando un niño tiene TDA-H. Los niños deben aprender nuevos hábitos y requieren de la ayuda y el apoyo de sus padres y sus maestros.

Los signos específicos y visibles del trastorno pueden ser diversos, pueden cambiar de un niño a otro y dentro de un mismo individuo a lo largo del desarrollo. Los patrones de aparición de los síntomas pueden ser variables, aparecen unas veces sí, otras no; están marcados por altibajos y rendimiento disminuido.

Cada niño es único y sus padres y sus maestros también. Cada familia es única. Cada grupo escolar y escuela también son únicos. Es necesario diferenciar a la persona de sus comportamientos sintomáticos y de sus comportamientos inadecuados. La naturaleza de los síntomas, hará que aún controlando el ambiente, persistan en cierta medida sus manifestaciones.

El niño o adolescente con TDA-H precisa: Más estructura y organización. Más frecuencia en las consecuencias positivas y mayor inmediatez de estas. Más consistencia en las consecuencias negativas. Reajustes especiales para el desarrollo de sus actividades (adecuaciones curriculares).

Por eso padres y maestros deben Estar al lado del niño o adolescente sin condición. Ponerse en su lugar y ver el mundo desde su perspectiva.

Mi hijo tiene TDA-H. Aceptando el diagnóstico.

La negación es un sentimiento común al tener que afrontar cualquier problema médico. En ocasiones resulta más fácil negar este, que asumir que hay algo que es necesario atender. Negar el diagnóstico es peor que aceptar que existe, la condición no va a desaparecer por ello y es más probable que con el paso del tiempo sin atención, se agrave.

Sabemos lo que significan los hijos para sus padres. En un sentido muy real, “los padres se reproducen a sí mismos cuando traen un hijo al mundo” (Kew.S) y desarrollan en ellos expectativas propias acerca de cosas logradas a lo largo de su vida y al mismo tiempo proyectan, ideales no alcanzados por ellos mismos. Tales expectativas sufren casi inevitablemente alguna modificación cuando deben afrontar el diagnóstico, porque en la crisis emocional que sobreviene al momento que se le comunica acerca de la deficiencia del hijo, el elemento crucial no es el trastorno mismo, sino el derrumbe de las expectativas paternas.

Los padres de los niños con TDA-H no están muy alejados de esta realidad. La negación de la existencia del trastorno suele ser una de las causas entre otras, de la atención tardía al mismo y del recrudecimiento de los síntomas, con su correspondiente impacto sobre los niños y adolescentes afectados  y sus entornos de relación.

Con mucha frecuencia llegan a la consulta de Psicología, muchos niños con remisiones de diagnóstico de TDA-H realizadas en diferentes momentos de la vida, sin haber recibido una atención médica y psicológica en algún momento o con mucha inestabilidad en los tiempos de tratamiento. Los padres refieren en ocasiones que el diagnóstico para ellos no fue muy confiable por diferentes causas y en otras que realmente no consideraron oportuna la intervención. También resulta algo muy común que al preguntarles desde cuando están apareciendo las conductas que hoy lo llevan a la consulta, respondan que desde siempre, argumentando su aparición desde la edad preescolar. Más frecuente aún es la respuesta ante la pregunta por qué esperaron tanto para acudir por ayuda y señalan, es que según sus abuelos nosotros éramos  igual a él. La realidad es que estas y otras respuestas son evidencias de los temores de los padres al tener que afrontar el diagnóstico.

Los padres de los niños con TDA-H suelen pasar por los pasos siguientes antes de asumir finalmente el diagnóstico:

• Conmoción. Es la primera reacción y muestran conductas de impotente aturdimiento. En mi experiencia a veces va acompañada de un silencio profundo, miradas entre ambos padres, llanto, búsqueda de culpables.

• Rechazo. Es simplemente la negativa a aceptar la verdad, negar que existe el impedimento o una tendencia a minimizar los efectos de éste en el desarrollo del niño. Esta actitud es como una válvula de escape que tienen los padres cuando tratan de sobrellevar sentimientos de culpa, junto con el shock que acaban de recibir.

• Depresión. Es una reacción natural que la mayoría de los padres experimentan antes o después, implica un sentimiento de profunda pena, puesto que es entonces cuando ellos comienzan a asimilar la condición de su hijo y a cambiar sus expectativas, se centran principalmente en los impedimentos del niño, lo que les hace ver un futuro pesimista.

• Aceptación. Esta es una etapa muy compleja y muy difícil de definir, porque tal aceptación no tiene nada que ver con el sentimiento de sumisión o resignación frente a la adversidad. El sentido que se da al término de aceptación, hace más bien referencia al hecho de que los padres no sienten ya la necesidad de defenderse de la realidad y de su experiencia de dolor, sino comenzar a buscar ayuda para revertir el impacto de los síntomas.

También es importante considerar que existen otros factores, además de las características emocionales que pueden presentar los padres, que influencian su respuesta frente al problema de los hijos: qué tan grave es el problema, cómo influye la edad y el momento en que se está haciendo el diagnóstico, el aspecto económico, el tiempo que deberán dedicarle, su capacidad para controlar y cambiar lo que está sucediendo, el mito de la cura. Y mientras todo esto pasa, el tiempo sigue siendo un enemigo implacable que impide que la ayuda acuda pa mejor calidad de vida del que padece el trastorno, su familia y sus entornos de relación.

Para los padres nunca es fácil enterarse que su hijo sufre TDAH. Es importante que los padres que se enfrentan a un diagnóstico de TDAH, conozcan la cadena de reacciones que el saber que su hijo tiene el trastorno puede generar sobre ellos, ya que éstas pueden dar lugar a conductas paternas ansiosas o agresivas que resultan muy perjudiciales para el niño, o a no asumir el diagnóstico y no hacer nada para ayudar a su hijo a salir adelante. Negar los síntomas del TDA-H, no protege al niño de las dificultades en la escuela, el rechazo social y los problemas de conducta, solo le impide recibir la ayuda adecuada.

Quizás los padres experimenten el estigma o la vergüenza relacionados con el diagnóstico. Quizás también quieran que nadie sepa que su hijo tiene TDA-H. Es importante que entiendan que no es su culpa que tenga TDA-H, no se debe a ningún error que hayan cometido y no es un castigo. Si bien es cierto que no pueden controlar el hecho de que tiene TDA-H, sí pueden controlar la manera como se manifiestan los síntomas y cuáles son las ayudas que su hijo necesita. Seguir un plan de tratamiento multimodal  es clave para disminuir los síntomas y alcanzar el éxito. Podrían sentir que la familia y amigos no entienden de qué se trata el trastorno. Pueden elegir a quién le comparten sus sentimientos y preocupaciones y podrían sorprenderse porque pueden llegar a ser una excelente fuente de apoyo y así darse cuenta que no están solos para nada y no tienen que enfrentarse solos a los retos que tener un hijo con TDA-H conllevan.

Asumir el diagnóstico de su hijo les permitirá sentirse menos solos y podrán reflexionar sobre las causas y consecuencias de su comportamiento. A su vez, les será más fácil aliviar su ansiedad y encauzar sus esfuerzos hacia la búsqueda de la mejor forma de educar y comportarse con su hijo.

“Ser niño supone contar con un adulto… y que el adulto a su vez, cuente con una respuesta confiable”. Laura Kiel (De sin límites a limitados). Todos los padres se preguntan cómo serán sus hijos cuando crezcas y hacen todo lo posible para que desarrollen su potencial. Esto no difiere en el caso de los niños con TDAH.

La familia cumple un rol decisivo a la hora de diseñar formas de vivir, de lograr éxitos o sufrir fracasos, avanzar o desviarse del camino, desarrollar o inhibir el desarrollo. La familia y la escuela son los ámbitos que reciben el impacto cotidiano del TDA-H y sus comportamientos sintomáticos y al mismo tiempo los principales entornos de ayuda.

Pero necesitamos convencer a todos los individuos y estamentos implicados en la educación y la salud mental de la indiscutible realidad del TDA-H y de sus perjudiciales efectos sobre los individuos, su familia y la sociedad en general. Necesitamos también ayudarnos unos a otros, darnos apoyo afectivo y social, convencernos de que un método educativo diferente puede evitar la Inadaptación Escolar (fracaso escolar) y la Inadaptación Social (problemas de conducta).

La mejor vía para que un niño o adolescente con TDA-H tenga un buen crecimiento personal, radica en que usted como padre, lo acepte tal cual es. Y para ello deberá trabajar una serie de necesidades, propias de toda persona con este trastorno. De esta forma se convertirá en una niño o adolescente con éxito escolar y social, tendrá un razonable número de amigos y se sentirá seguro de sí mismo.

Para poder ayudar a sus hijos, los padres deberán:

1. Obtener un buen diagnóstico. Muchas veces el TDA-H se presenta asociado a otros trastornos y es importante conocer cuántos y cuáles de ellos están presentes y por tanto, lo que hay que abordar. De esta manera se puede prevenir que no aparezcan otros. Se recomienda acudir a profesionales con experiencia; el diagnóstico diferencial es difícil, hay otros problemas que pueden provocar los mismos síntomas.

2. Educarse como padres. Los padres deben convertirse en “expertos en TDA-H”. Los padres deben formarse para poder reconocer los comportamientos propios del trastorno y aprender estrategias para controlar las conductas perturbadoras y potenciar las conductas adecuadas. Hay que conocer, aceptar y comprender al niño/adolescente y potenciar sus cualidades que son muchas, asegurando su equilibrio psicológico personal, para lo que debemos dar los apoyos necesarios.

3. Informarse sobre el tratamiento farmacológico. La medicación puede ayudar a las personas afectadas. Una buena información ayudará a tomar la decisión de administrar los medicamentos que los s pueden ayudar, así como a valorar su eficacia.

4. Hacer las adaptaciones necesarias en casa, si es necesario reestructurando el ambiente y las rutinas familiares.

5. Mantener una relación adecuada y contínua  con los profesores, para valorar la eficacia del tratamiento, y solicitar las adaptaciones necesarias para que el niño o adolescente

6. No olvidar que el trastorno tiene carácter crónico. El TDAH es variable, por lo tanto habrá épocas buenas y malas. No se debe abandonar el tratamiento, se deberá revisar y ajustar a las necesidades de cada época. Es un trastorno que se manifiesta de diferente manera según la edad.

Tu hijo necesita de tí, no olvides ser un “Adulto Carismático” para tu hijo. La premisa: Conocer el problema. Acompañar. No agotar opciones. Crear resistencias.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Cómo proveer ayudas a los niños con TDA-H en la escuela. Las adecuaciones curriculares. (1era parte)

En días pasados hablamos acerca de la mejor escuela para los niños con TDA-H y entre los criterios a tomar en cuenta para su selección se señalaba que la escuela estuviera abierta a realizar las adecuaciones curriculares que se necesitaran. Vista así, una Escuela Inclusiva, abierta a trabajar con los niños y adolescentes con Necesidades Educativas Especiales, sin ninguna objeción. Hoy ponemos en el punto de análisis la realización de las adecuaciones curriculares como una forma de ayuda a este tipo de alumnos.
Atender las necesidades educativas especiales, es una forma de decir que para el logro de los fines educativos, es necesario disponer de determinadas ayudas pedagógicas. Pero qué es ayudar desde esta posición. Ayudar significa: si no sabe, enseñarlo; si no quiere, motivarlo; si no puede, apoyarlo. Desde este punto de vista la condición personal del niño o adolescente pasa a ser concebida como una condicionante, pero lo que realmente determina su especificidad es la interacción entre las necesidades y la respuesta educativa que se le brinda.
Los niños y adolescentes con TDA-H necesitan apoyos a sus necesidades, derivadas del impacto de los síntomas en sus diferentes entornos de relación. Somos los adultos que interactuamos con ellos los que tenemos que facilitarle las condiciones necesarias para su mejor desenvolvimiento y para que rindan adecuadamente. Si analizamos cómo impactan los síntomas del TDA-H en la organización, el hacer prioridades, trazarse metas, recordar lo aprendido, seguir un objetivo, trabajar a un ritmo específico, trabajar con otros, no deja dudas que un papel importante en esta ayuda, le corresponde a la escuela y a los maestros.
Desde el punto de vista constructivista se concibe el aprendizaje y el trabajo en la escuela como prácticas o actividades sociales, mediante las cuales las personas ayudan a sus miembros a asimilar la experiencia colectiva culturalmente organizada, de ahí que su finalidad sea la construcción de aprendizajes significativos por los alumnos, permitir en lo posible la implicación de los alumnos a partir de la funcionalidad del aprendizaje sobre la base de sus competencias y necesidades y el trabajo en un entorno social con la ayuda del maestro y del propio grupo de pares. Si el alumno es el centro del proceso y su principal protagonista, entonces la concepción de un currículo escolar flexible es una garantía para la atención a la diversidad y a las necesidades educativas de los alumnos a partir de sus competencias específicas.
La necesidad de trabajar con currículos flexibles cobra hoy una importancia relevante en función del enfoque constructivista de la educación, el desarrollo de competencias y la idea de la escuela inclusiva. Los currículos flexibles permiten realizar la práctica educativa, bajo un marco general orientador, con una clara concepción de lo que quiere lograr y deja márgenes para incorporar aquellos elementos que resulten necesarios a lo largo del camino. Esta característica es esencial a la hora de dar respuestas a las necesidades especiales de los niños y adolescentes con TDA-H. El currículo flexible permite realizar adecuaciones curriculares para la atención a sus dificultades escolares durante un periodo de tiempo o de forma permanente si fuera necesario y contar con adecuaciones congruentes a la realidad de la comunidad educativa donde se lleva a cabo la propuesta curricular.
Se entiende por adaptación curricular la acomodación o ajuste de la oferta educativa común, a las posibilidades y necesidades de cada alumno. Es un tipo de estrategia educativa, generalmente dirigida a alumnos con necesidades educativas especiales y consistente en la adecuación en el currículum de un determinado nivel educativo con el objetivo de hacer que objetivos y/o contenidos sean más accesibles a las necesidades educativas de los alumnos y al desarrollo de su nivel de competencias. Implican ajustes o modificaciones que se realizan sobre los elementos de acceso al currículum o sobre los elementos básicos del currículum, (objetivos, contenidos, metodología y evaluación), para responder a las necesidades que el alumno presenta.
Estas adecuaciones curriculares pueden ser significativas y no significativas. Las primeras se realizan desde la programación de aula, previa evaluación psicopedagógica, y sirven de base para determinar los apoyos necesarios. Suelen ser medidas extraordinarias que afectan a los elementos prescriptivos del currículo oficial, ya que modifican objetivos generales de la etapa, contenidos básicos y nucleares de las diferentes áreas curriculares y criterios de evaluación. Por ejemplo: definición de objetivos generales de la etapa para cada área de trabajo del currículo, la selección de los contenidos y la decisión de su tratamiento sobre la base de las competencias desarrolladas por el alumno, la secuenciación de los contenidos a lo largo de los diferentes ciclos, la determinación de los criterios de evaluación , la determinación de los enfoques metodológicos, que guiarán la practica pedagógica y la determinación de los espacios de opcionalidad a platear a los alumnos en cada etapa.
Las segundas, son modificaciones que no afectan a los elementos prescriptivos del currículo, pueden definirse como modificaciones menores del currículo. Son adaptaciones que, utilizando estrategias metodológicas, actividades de enseñanza aprendizaje y secuencias temporales diferentes, así como técnicas o instrumentos de evaluación adaptados, tratan de conseguir los mismos objetivos y contenidos marcados por el grupo ordinario, aplicando los mismos criterios de evaluación. Son modificaciones que se encuentran a la mano del maestro ya que están plenamente integradas en la dinámica del salón de clases., constituyen la primera respuesta individualizada a las necesidades de los alumnos. Por ejemplo: tipos de agrupamiento de los alumnos para las diferentes tareas, organización didáctica del salón de clases, organización de los tiempos para los diferentes elementos del currículo, procedimientos didácticos, modificación del nivel de abstracción y complejidad de las actividades, entre otras.
La selección de un tipo u otro de adecuaciones, estarán determinadas a partir de la valoración acerca de cómo está impactando al desempeño del alumno, la manifestación de los síntomas del trastorno.

sábado, 29 de agosto de 2009

¿Cuál es la mejor escuela para mi hijo?

Leyendo un blog muy interesante que sigo, "Psicología y Pedagogía", encuentro que publicaron un artículo sobre este complejo tema que a todos los padres preocupa y que además debería ser preocupación también de las escuelas y los maestros: La correcta elección escolar para los hijos.
Con mucha frecuencia los padres me preguntan ¿en cuál escuela crees debo inscribir a mi hijo? y siempre soy firme en mi respuesta que invariablemente siempre es la misma: "En aquella que quiera trabajar con él, que lo acepte tal cual es y esté dispuesta a hacer las adecuaciones y ajustes que él necesite, para que disfrute la vida en la escuela y obtenga éxitos".
¿Hay escuelas así? ¡Por supuesto!.
Sabemos que no todas las escuelas benefician a los niños por su perfil como alumnos y realmente eso es una pena para la escuela, porque así niegan su propia esencia y el objetivo por el cual han sido creadas. Pero también existen instituciones que hoy tienen una apertura hacia la diversidad y que entienden que los niños y adolescentes con TDA-H o con problemas de aprendizaje, tienen también potencialidades e intereses que no los limitan para desempeñarse, trabajan para atender sus capacidades diferentes y sus potencialidades, la disciplina busca caminos más elaborados y hacen de sus debilidades y dificultades herramientas útiles para crecer enfocándose en sus competencias más significativas.
La atención a la diversidad aboga hoy, por una "escuela inclusiva", que considere a todas las culturas y personas en igualdad de derechos y oportunidades y que apueste cada vez más por unas metas similares para todas las personas. Considera que las personas con necesidades educativas especiales, como seres humanos deben convivir con sus semejantes en entornos inclusivos, en los que puedan desenvolverse sin barreras de ningún tipo y en las mejores condiciones para todos.
Poner en práctica el principio de una educación para todos y con todos, es la esencia de la escuela inclusiva. Esto implica que es necesario repensar la escuela y la manera en que transcurre la enseñanza y el aprendizaje en ella, abrirla a la diversidad, que acoja a todos los que concurren a ella, facilitando la participación, el aprendizaje y el crecimiento personal de los niños y adolescentes.
Los aspectos más importantes de este proceso son, en primer lugar, que lo que el niño aprenda sea funcional, o sea enseñar las destrezas utilizadas en la vida diaria, que le permitan salir adelante en el mundo real en que interactúan de la forma más independiente posible y en segundo lugar, asegurarse de que socialice o forme parte de una comunidad natural. Supone entonces que al “acomodarse a las necesidades especiales de algunas personas, se acomoden a las necesidades de todos”. (Low,1977). De esta manera el desarrollo de la convivencia se realiza a través del diálogo y los conflictos se transforman en una oportunidad para el desarrollo personal y social, porque permite la aproximación entre los agentes en conflicto y el desarrollo de su aprendizaje.
Entonces sobre esta base y tratando de esclarecer qué quiero decirle a los padres cuando planteo que la mejor escuela es la que esté dispuesta a trabajar con el niño, sin condición, cuáles serían algunos de los criterios que deberíamos tomar en cuenta para seleccionar la escuela:
• Se consideran una escuela inclusiva y saben de qué se trata. De qué manera dan atención a las Necesidades Educativas Especiales.
• Conocen acerca del TDA-H y el impacto de los síntomas en la persona y su entorno social o están dispuestos a conocer al respecto para trabajar con su hijo.
• Cómo valoran la autoestima de un alumno. Este punto es clave. Si de lo que habla la institución es de sumisión absoluta, regaños públicos, o un buen grito “según ellos, a tiempo”, es foco rojo para continuar.
• Tipo de autoridad. Como se ejerce y se accionan las consecuencias o castigos.
• Valor e intervención de los padres de familia para la institución educativa.
• Cómo visualizan a los niños. Concepto que tengan de ellos y la adecuación del sistema a sus necesidades y competencias.
• Cargas de trabajo en casa.
• Preparación académica de los maestros.
• Actividades adicionales, oferta de actividades extraescolares y si se ajustan a las preferencias del niño.
• Su disposición como familia para admitir las recomendaciones que se deriven de la escuela sobre la base de su sistema educativo.
Estos son algunos criterios prácticos a tomar en cuenta, sin por ello restarle valor a los relacionados con los valores familiares y la situación económica que atraviese la familia. Con ello solo trato de explicarles, qué sería importante para el trabajo con niños con capacidades diferentes. No podemos obviar tampoco que es importante lograr que el niño permanezca el mayor tiempo posible en la escuela, cierre ciclos y etapas. La inestabilidad escolar afecta además del desarrollo intelectual y personal, la autoestima y el autoconcepto, la necesidad y el sentido de pertenencia a un grupo, el desarrollo de las habilidades sociales y la seguridad en sí mismo.
Pensemos más en el niño y sus necesidades, cuando vayamos a seleccionar una escuela.

martes, 18 de agosto de 2009

Palabras de estímulo y aprobación: Niño exitoso.



Si, Bien, Admirable, Muy bien, Excelente, Maravilloso. Eso está bien, Correcto, Extraordinario,
Me gusta la maneraque tú haces eso, Yo estoy muy orgullosa de ti. Eso esta bien, Estupendo,
Formidable, Oh niño muy bien, Buen trabajo, Excelente progreso, Bien por ti, Esa es la manera, Mucho mejor, Bien, muy bien Lo estás haciendo mejor, Eso es perfecto, Buena idea, Que idea tan ingeniosa, Que vivo, eso es, Buen trabajo, Excelente trabajo, Verifícalo tu mismo, Tú que crees?, Me gusta la manera que tú ...yo he notado que tú...Continúa con eso, Tú estás progresando en...cada vez más, Demostraste mucha responsabilidad cuando tú… Esa es la manera de llegar lejos . Yo aprecio el modo que tú … Tú eres excelente en eso, Tú eres el mejor Buen recordatorio, Eso es hermoso. Me gusta el modo o la manera que tu... Yo estoy completamente feliz de que seas mi hijo o hija. Yo te amo. Tu puedes mostrarles a ellos como te sientes, así como también decírselos. Sonreír, Aprobación con la cabeza, reclinarte a su altura. Señal o gesto que signifique aprobación. Chocar las manos. Tocar las mejillas. Sonreír divertido con él no de él. Dar palmaditas en la espalda. Abrazarlo· Bien. Admirable· Muy bien. Excelente. Maravilloso. Eso está bien. Correcto· Extraordinario. Me gusta la manera que tu haces eso. Yo estoy muy orgullosa de ti· Estupendo· Formidable· Buen trabajo. Excelente progreso. Bien por ti. Esa es la manera. Mucho mejor. Lo estás haciendo mejor. Eso es perfecto. Buena Idea. Que idea tan ingeniosa. Eso es. Buen trabajo. Verifícalo tu mismo. ¿Tú que crees?. Me gusta la manera que tu... Yo he notado que tu... Continúa con eso. Yo me divertí...contigo. Tú estás progresando en...cada vez más. Tú demostraste mucha responsabilidad. Esa es la manera de llegar lejos. Yo aprecio el modo que tu... Tú eres excelente en eso. Tú eres el mejor. Buen recordatorio. Me gusta el modo o la manera que... ·

Abordaje de los problemas de comportamiento en el salón de clases.




Los problemas de comportamiento asociados con el TDA-H por lo general crean otra clase de problemas. Los niños con TDA-H a menudo no entienden por qué su comportamiento no es adecuado. Esto explica por qué casi siempre parecen realmente asombrados, cuando se meten en problemas.
Uno de los mayores retos para mejorar el comportamiento del niño TDA-H, es enseñarle a reconocer las consecuencias de sus actos y a ver las cosas desde el punto de vista de las demás personas. He aquí algunos consejos, para ayudar a los maestros a manejar la conducta de sus alumnos con TDA-H en su clase:
1. Identificar los problemas de conducta. Objetivamente, identifique cuáles son los mayores problemas que obstaculizan el aprendizaje del niño. Estos no tienen que ser sus comportamientos más molestos o los que usted desea corregir, así que realice un inventario, evitando que sus emociones influyan en éste, quizás ayudaría el punto de vista de otro maestro o el de los padres del niño. Trate de ser lo más específico posible. Para cada problema escriba al menos una estrategia para eliminar o cambiar el comportamiento.
2. Identificar los problemas en el ambiente del aula. Fíjese de la manera en que usted y los demás maestros tratan al niño. ¿Son ustedes demasiado severos? ¿”Espera” que el niño se comporte y lo reprende más rápido que a los demás? ¿Ha eliminado la mayoría de los distractores posibles? ¿La clase es activa y demasiado extenuante con muchos períodos cortos de actividad y poca inactividad? ¿Son los niños supervisados de muy cerca, especialmente cuando trabajan en parejas o en grupo? Observando la manera en que ustedes educan y el ambiente de clase, ayudará a eliminar rápidamente algunos comportamientos indeseables.
3. Modele la conducta saludable Indique los comportamientos que usted desea que el niño siga, como el no hablar cuando otro está hablando, guardar los útiles después de usarlos, utilizando una voz tranquila y no siendo demasiado crítico.
4. Cuente sus retroalimentaciones. Trate de mantener un registro de las retroalimentaciones positivas y de las negativas que les da a los niños con TDA-H en la clase. Como seguramente muchas de estas son negativas, busque áreas y habilidades para elogiar activamente, para no parecer malo o negativo.
5. Sea específico. Déle a los niños con TDA-H mensajes e instrucciones precisas y específicas. Ellos no son capaces, muchas veces, de leer entrelíneas en una frase. Usted necesita hablar claro, palabra por palabra, lo que usted desea que el haga, exactamente en la manera que usted está pensando. Al dar instrucciones específicas que incluyan acciones específicas, elimina cualquier duda o mal entendido o mala interpretación. Use frases cortas.
6. Utilice los premios correctamente.Hay una gran tentación de “impulsar” el buen comportamiento de un niño con TDA-H utilizando recompensas materiales, para cada buena acción. Aunque es algo positivo, busque otras alternativas. Las recompensas pueden ser también, elogios en frente del salón de clase o los padres del niño, un simple “gracias” o “bien hecho” significa una buena oportunidad de elevar su posición en la clase. Los premios son aún más efectivos, cuando el niño escoge su recompensa. Y usted quedará sorprendido de lo que pueden solicitar.
7. Utilice la frase: “cuando.... entonces...” Si un niño no está realizando un comportamiento específico, como mantenerse sentado o guardar silencio, pruebe utilizar la frase: “cuando.... entonces...” como: “Cuando te sientes y dejes de hablar, entonces explicaré las reglas del juego que vamos a comenzar.” O “Cuando patees la pelota chica hasta la meta, entonces cambiaremos a la pelota grande”. Obviamente la parte “entonces” debe sonar emocionante y gratificante y servir como un estímulo para dirigir el comportamiento hacia lo adecuado. Siempre utilice “cuando” en vez de “si”, por que “cuando” implica que el niño debe hacer algo y “si” implica que tiene la opción de hacerlo o no .
8. No utilice el TDA-H como una excusa. Resístase al recurso de utilizar el TDA-H como una excusa para el comportamiento del niño. Si usted lo exenta de sus consecuencias, responsabilidades y expectativas por el hecho de que el tiene TDA-H, no le está haciendo ningún favor. Es más fácil usar el TDA-H como una excusa en vez de tratar de hacerle seguir las reglas, pero esto significaría que nos estamos rindiendo ante él. Tómese el tiempo y el esfuerzo necesario para ayudar al niño. Implica muchísimo tiempo al principio, pero pagará grandes dividendos en el largo plazo.
9. Hable agradablemente. Si usted quiere que un niño con TDA-H le escuche, trate de hablar despacio, con bajo volumen y breve. Los niños a los que se les gritan las instrucciones y los gritos aumentan, conforme aumentan las instrucciones, son niños que se quejan todo el tiempo. También ayuda hacer contacto visual antes de empezar a hablar, así usted sabe que cuenta con la atención del niño.
Estas son algunas recomendaciones ahorita que estamos iniciando clases.

Por una mejor calidad de vida de los niños con TDA-H y sus entornos de relación.

martes, 11 de agosto de 2009

Por Una Mejor Calidad de Vida: Recuperación de la salud mental


Queridos amigos, después de un largo mes sin comentar acerca de algunos de los temas que me interesan, y creo que a ustedes también, me dispongo nuevamente a escribir.


Ya se acerca el inicio del nuevo ciclo escolar, nuevos retos, nuevas metas, nuevas oportunidades, pero sobre todo mucho trabajo con los niños y adolescentes con los que estamos comprometidos, mediante esta intensa labor "Por una mejor calidad de vida" de las personas con TDA-H, sus familias y sus entornos de relación.


He leido mucho en estos días y de alguna manera me he puesto en contacto con un concepto que ha llamado mi atención a propósito de trabajo con las personas con TDA-H, se refiere a "Recuperación de la salud mental". Para muchas personas con afecciones mentales, la recuperación suele ser un proceso dinámico y continuo, no fijo ni estático. Permite llevar una vida con sentido en la comunidad que elija, mientras se esfuerza por alcanzar su máximo potencial. Una vida con sentido y alcanzar el máximo de potencial son los dos conceptos básicos del proceso de recuperación de la salud mental.


En las personas con TDA-H, estas dos características resultan no solo fácilmente aplicables, sino también muy alcanzables. Desde este punto de vista la recuperación se entiende mejor como el manejo continuo de los síntomas del trastorno. A pesar de los numerosos problemas que enfrentan, existen recursos que pueden ayudar a las personas con TDA/H a alcanzar un nivel de bienestar caracterizado por la independencia, la interdependencia saludable, la esperanza y la satisfacción personal.


Por todos es sabido que el TDA/H es un trastorno que afecta a las personas "durante toda la vida." Esto significa que generalmente, los síntomas del TDA/H se manifiestan tanto en una etapa de la vida como en la siguiente, y que se extienden a las diferentes esferas de la vida durante cualquier etapa en particular. En función de la noción de que se debe otorgar poderes a los adultos con problemas de salud mental para que ejerzan su derecho a la autodeterminación, el concepto y los componentes de la "recuperación" tienen mucho que ofrecerles a las personas con TDA/H y a aquellas que son parte de sus vidas.


Revicemos los 10 componentes fundamentales del proceso de recuperación de la salud mental:


  1. Autodirección: El proceso de recuperación debe ser autodirigido por el individuo, quien define sus propias metas de vida y diseña un camino único para llegar a dichas metas. Dirigen, controlan, elijen y determinan su propio sendero de recuperación, optimizando la autonomía, independencia y control de recursos con el fin de lograr una vida que ellos mismos puedan determinar.

  2. Individualizado y concentrado en la persona: Existen muchos caminos hacia la recuperación en base a las fortalezas y resiliencias únicas de un individuo, así como a sus necesidades, preferencias, experiencias y antecedentes culturales en todas sus diversas representaciones. Así también se identifica a la recuperación como un viaje continuo y un resultado final, un paradigma general para lograr el bienestar y una salud mental óptima.

  3. Fortalecimiento: Las personas tienen la autoridad de elegir a partir de una gama de opciones y de participar en todas las decisiones, incluyendo la asignación de recursos, que afectarán sus vidas; y se les educa y apoya para que así lo hagan. Tienen la habilidad de unirse a otros, para hablar de manera colectiva y efectiva por ellos mismos sobre sus necesidades, carencias, deseos y aspiraciones. El otorgamiento de poderes, hace que la persona gane control de su propio destino e influencia las estructuras organizativas y sociales en su vida.

  4. Integral: La recuperación abarca toda la vida de un individuo, incluyendo la mente, el cuerpo, el espíritu y la comunidad. La recuperación incluye todos los aspectos de su vida, la estabilidad como persona, las redes sociales, la participación comunitaria y los apoyos familiares.

  5. No lineal: La recuperación no es un proceso paso a paso, sino que se basa en el crecimiento continuo, contratiempos ocasionales y aprendizaje de la experiencia. La recuperación comienza con una etapa inicial de conciencia en la que una persona reconoce que es posible hacer un cambio positivo. Esta conciencia le permite avanzar e involucrarse completamente en el trabajo de recuperación.

  6. Basado en las fortalezas: La recuperación se concentra en valorizar y desarrollarse a partir de las múltiples capacidades, resiliencias, talentos, habilidades de afrontamiento y valor inherente de los individuos. Nutriéndose de estas fortalezas, las personas abandonan los papeles de vida bloqueados y comienzan nuevos papeles de vida. El proceso de recuperación avanza a través de la interacción con otras personas en relaciones de apoyo y basadas en la confianza.

  7. Apoyo de los pares: El apoyo mutuo, incluyendo compartir el conocimiento proveniente de la experiencia y el aprendizaje social y de habilidades, juega un papel invaluable en la recuperación. las personas con TDA-H, alientan e involucran a otros en la recuperación y se brindan unos a otros un sentimiento de pertenencia, relaciones de apoyo, papeles valiosos y comunidad.

  8. Respeto: Para lograr la recuperación, es muy importante la apreciación y aceptación de los demás al nivel de la comunidad, incluyendo la protección de sus derechos y la eliminación de discriminación y estigma. Es particularmente vital autoaceptarse y volver a creer en uno mismo. El respeto asegura la inclusión y la total participación de las personas con TDA-H en todos los aspectos de sus vidas.

  9. Responsabilidad: Las personas con TDA-H, tienen una responsabilidad personal por su propio cuidado y recuperación. Dar pasos hacia sus metas puede requerir mucho esfuerzo. Deben luchar por comprender y dar significado a sus experiencias, e identificar estrategias de enfrentamiento y procesos de sanación para promover su propio bienestar.

  10. Esperanza: La recuperación brinda el mensaje esencial y motivador de un futuro mejor: que las personas pueden y efectivamente superen las barreras y obstáculos que enfrentan. La esperanza está interiorizada; pero puede ser fomentada por los pares, familiares, amigos, y la sociedad en general. La esperanza es el catalizador del proceso de recuperación.

Estos son nuestros principios de trabajo terapéutico. Es un camino de lucha y esperanzas con los niños y adolescentes con los cuales trabajamos, tratando que desde ahorita y pensando en la edad adulta, sus vidas tengan un sentido y puedan desarrollar su máximo potencial "Por una mejor calidad de vida".

jueves, 25 de junio de 2009

Un referente: Un buen maestro

Para todos es necesario un referente de nuestra estancia en el colegio y más aún si ese referente es un profesor que ha sabido quererte, motivarte y hacer de tí una mejor persona
Querido Profesor D. Juan Luis Parrilla:
Sé por Noemí que este año se jubila y no puedo por menos de escribirle esta carta para agradecerle en parte todo lo que ha hecho por mi hija y por mí.
Reconozco, que como madre me ganó el primer día en que fui a contarle como era Noemí y cuales eran las dificultades que día tras día tenía que superar. Sus palabras de aquel día y el hecho de que usted me brindase su apoyo y que reconociese, que sí como madre yo luchaba por que mi hija fuese feliz en el colegio que menos podía hacer su profesor más que creer en ella también, fue decisivo.
Creo que ser profesor es tener una vocación y no creo que todo el mundo esté preparado para afrontar esto
Usted le ha dado a Noemí mucho más que conceptos matemáticos, usted le ha dado la posibilidad de creer en ella misma y saber que puede ser brillante en algo aunque sean otras muchas cosas las que puedan salirle mal.
Un buen profesor puede ser decisivo en la vida de un niño, alguien al que recuerdes cuando ya seas grande como esa persona que supo ver en ti cualidades, valoró tu esfuerzo y te hizo sentir más seguro
Le ha enseñado a amar las matemáticas y ese sentimiento le permite sentirse capaz de afrontar otras materias. Este sentimiento, D. Juan Luis, no lo dan los números, lo da un profesor que es capaz de percibir que detrás de un niño con problemas, no deja de haber eso, .... un niño.
Gracias profesor por haber hecho de Noemí, una niña mucho más segura. Créame que es la primera vez que le escribo una carta a un profesor que se jubila, pero con usted siempre voy a tener una deuda personal, pues llegó a la vida de mi hija en el momento en que más necesitaba que alguien creyese que podía ser capaz de afrontar retos y usted la motivó y le dio alas.
Puede sentirse orgulloso, porque intuyo que lo que ha hecho por Noemí, seguro que lo ha hecho por otros muchos miles de niños. Creo que ser profesor es tener una vocación y no creo que todo el mundo esté preparado para afrontar esto. No sabe hasta que punto un buen profesor puede ser decisivo en la vida de un niño, alguien al que recuerdes cuando ya seas grande como esa persona que supo ver en ti cualidades, valoró tu esfuerzo y te hizo sentir más seguro.