viernes, 7 de septiembre de 2012

Tengo un hijo con TDA-H. A ti papá, familia, ¿Qué te corresponde hacer?


Tanto la educación de los padres como el clima familiar constituyen factores protectores en la evolución y disminución de los síntomas del TDA-H Las investigaciones en neurociencias señalan que se hereda la predisposición, pero no el trastorno. La herencia nos plantea el límite, pero el entorno va a determinar el alcance.  Por lo que La familia juega un papel importante en la atención al paciente con TDA-H, e interviene en su  desarrollo y expresión en los distintos contextos sociales.
Los factores familiares no son la causa original del TDA-H (divorcio, desapego, inestabilidad emocional, etc); pero si es importante considerar que pueden amplificar y mantener el diagnóstico. Por eso es importante que los padres  se conviertan en “especialistas”,  de sus hijos, no en el TDA-H, sino en la manera que el TDA-H y cualquier otro trastorno se personifica en su hijo.

El reto especial al educar y formar a un niño con TDA-h u otras dificultades, es decidir lo que se puede dar de uno para hacer una diferencia en su vida, en vez de exigir que los demás, incluyendo al niño, sean diferentes.

“Cada niño necesita una persona que crea en él”

n  Sé proactivo:
Entiende, acepta y maneja los síntomas.
Empoderarse, aprende a manejar la condición, promueve habilidades y el sentido de competencia en tus alumnos. 

n  Bríndale  una estructura que lo ayude a encontrar un orden en su vida.
Límites claros y realistas. Qué se permite y qué no. Ambiente predecible.
Consecuencias acordes con la falta  y de manera  inmediata.
Consistencia. Acuerdos. Ajustes.
Acompañamiento en este proceso.

n  Enfócate en sus áreas de competencias:
Trate que ellos identifiquen estas fortalezas o islas de competencias. Hay que mantenerse alerta a los momentos brillantes. Nunca podrán trabajar para resolver sus dificultades  sin conocer para qué son buenos
 Refuerza esta idea ante la comunidad, los compañeros de clases, sus amigos, sus familiares.
Centra el trabajo en estas fortalezas para influir y modificar sus debilidades.

n  No lo estigmatices, no lo etiquetes.
Adopta expectativas realistas en  relación a tu hijo.
Estimula el sobreponerse a la adversidad y mantener una adaptación saludable. RESILIENCIA
Busca opciones para la autocorrección. Enséñalo a darse cuenta de sus errores y dale estrategias para enmendarlos.
Evita reaccionar excesivamente a los errores.

n  Ayúdalo a proteger su autoestima a pesar de los síntomas.
 Recuerda que esta depende del estímulo de sentirte capaz y esto está en riesgo.
Sé empático: ponte  en su situación, ve el mundo a través de sus ojos y siéntelo  a través de su corazón.
Ayudar a una persona a sentirse mejor acerca del Trastorno,  puede ser mejor que tratar de eliminarlo.”

   Recuerda, esto es muy importante…
Negar los síntomas del TDA-H, no protege al niño de las dificultades en la escuela, el rechazo social y los problemas de conducta, solo le impide recibir la ayuda adecuada.

Los efectos secundarios del TDAH pueden ser extremadamente perjudiciales. Los niños con TDAH están expuestos frecuentemente a años de respuestas negativas por su comportamiento y sufren una desventaja social y educativa.
Esta dificultad, en la mayoría de los casos, es persistente, se mantiene más o menos estable a lo largo de la etapa escolar y en un porcentaje no  despreciable en la etapa adulta.

No es la presencia del síntoma en sí, lo que determina la disfuncionalidad, sino la intensidad y la frecuencia con la que se da con respecto a la edad de desarrollo,  a su contexto y sobre todo por la repercusión que tiene en el funcionamiento diario del niño.
Las formas tradicionales de educar y aprender, no siempre funcionan cuando un niño tiene TDA-H.

Todo confirma que el TDA-H se debe estudiar desde el entorno social del afectado. La visión adecuada de los padres y los maestros puede predecir el futuro
El impacto de los síntomas en los diferentes ámbitos de la vida es lo que determina la gravedad del trastorno  y la medida de la calidad de vida de quien lo padece y su familia.

La familia, los padres, constituyen el principal factor protector de los niños ante el TDA-H.
Si no conocemos, no podemos intervenir, no podemos ayudarlo a salir adelante, no podemos acompañarlo en este camino. Contamos contigo para trabajar juntos. Tus hijos cuentan contigo para que los ayudes. El maestro necesita contar contigo, para que lo ayudes a comprender lo que sucede en tu hijo y trabajar juntos para sacarlo adelante. Si el maestro te ve informado, que tienes herramientas para el trabajo, que puedes compartirlas, el maestro va a tratar de ser un buen aliado y también acompañará a tu hijo.