Para todos es necesario un referente de nuestra estancia en el colegio y más aún si ese referente es un profesor que ha sabido quererte, motivarte y hacer de tí una mejor persona
Querido Profesor D. Juan Luis Parrilla:
Sé por Noemí que este año se jubila y no puedo por menos de escribirle esta carta para agradecerle en parte todo lo que ha hecho por mi hija y por mí.
Reconozco, que como madre me ganó el primer día en que fui a contarle como era Noemí y cuales eran las dificultades que día tras día tenía que superar. Sus palabras de aquel día y el hecho de que usted me brindase su apoyo y que reconociese, que sí como madre yo luchaba por que mi hija fuese feliz en el colegio que menos podía hacer su profesor más que creer en ella también, fue decisivo.
Creo que ser profesor es tener una vocación y no creo que todo el mundo esté preparado para afrontar esto
Usted le ha dado a Noemí mucho más que conceptos matemáticos, usted le ha dado la posibilidad de creer en ella misma y saber que puede ser brillante en algo aunque sean otras muchas cosas las que puedan salirle mal.
Un buen profesor puede ser decisivo en la vida de un niño, alguien al que recuerdes cuando ya seas grande como esa persona que supo ver en ti cualidades, valoró tu esfuerzo y te hizo sentir más seguro
Le ha enseñado a amar las matemáticas y ese sentimiento le permite sentirse capaz de afrontar otras materias. Este sentimiento, D. Juan Luis, no lo dan los números, lo da un profesor que es capaz de percibir que detrás de un niño con problemas, no deja de haber eso, .... un niño.
Gracias profesor por haber hecho de Noemí, una niña mucho más segura. Créame que es la primera vez que le escribo una carta a un profesor que se jubila, pero con usted siempre voy a tener una deuda personal, pues llegó a la vida de mi hija en el momento en que más necesitaba que alguien creyese que podía ser capaz de afrontar retos y usted la motivó y le dio alas.
Puede sentirse orgulloso, porque intuyo que lo que ha hecho por Noemí, seguro que lo ha hecho por otros muchos miles de niños. Creo que ser profesor es tener una vocación y no creo que todo el mundo esté preparado para afrontar esto. No sabe hasta que punto un buen profesor puede ser decisivo en la vida de un niño, alguien al que recuerdes cuando ya seas grande como esa persona que supo ver en ti cualidades, valoró tu esfuerzo y te hizo sentir más seguro.
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