Tanto la educación de los padres como el clima familiar
constituyen factores protectores en la evolución y disminución de los síntomas
del TDA-H Las investigaciones en neurociencias señalan que se hereda la
predisposición, pero no el trastorno. La herencia nos plantea el límite, pero
el entorno va a determinar el alcance. Por
lo que La familia juega un papel importante en la atención al paciente con
TDA-H, e interviene en su desarrollo y
expresión en los distintos contextos sociales.
Los factores familiares no son la causa original del
TDA-H (divorcio, desapego, inestabilidad emocional, etc); pero si es importante
considerar que pueden amplificar y mantener el diagnóstico. Por eso es
importante que los padres se conviertan
en “especialistas”, de sus hijos, no en
el TDA-H, sino en la manera que el TDA-H y cualquier otro trastorno se
personifica en su hijo.
El reto especial al educar y formar a un niño con TDA-h u
otras dificultades, es decidir lo que se puede dar de uno para hacer una
diferencia en su vida, en vez de exigir que los demás, incluyendo al niño, sean
diferentes.
“Cada
niño necesita una persona que crea en él”
n Sé proactivo:
Entiende, acepta
y maneja los síntomas. Empoderarse, aprende a manejar la condición, promueve habilidades y el sentido de competencia en tus alumnos.
n Bríndale una estructura que lo ayude a encontrar un
orden en su vida.
Límites claros y
realistas. Qué se permite y qué no. Ambiente predecible. Consecuencias acordes con la falta y de manera inmediata.
Consistencia. Acuerdos. Ajustes.
Acompañamiento en este proceso.
n Enfócate en sus áreas de
competencias:
Trate que ellos
identifiquen estas fortalezas o islas de competencias. Hay que mantenerse
alerta a los momentos brillantes. Nunca podrán trabajar para resolver sus
dificultades sin conocer para qué son
buenosRefuerza esta idea ante la comunidad, los compañeros de clases, sus amigos, sus familiares.
Centra el trabajo en estas fortalezas para influir y modificar sus debilidades.
n No lo estigmatices, no lo etiquetes.
Adopta
expectativas realistas en relación a tu
hijo. Estimula el sobreponerse a la adversidad y mantener una adaptación saludable. RESILIENCIA
Busca opciones para la autocorrección. Enséñalo a darse cuenta de sus errores y dale estrategias para enmendarlos.
Evita reaccionar excesivamente a los errores.
n
Ayúdalo a proteger su autoestima a pesar de los síntomas.
Recuerda que esta depende del estímulo de
sentirte capaz y esto está en riesgo. Sé empático: ponte en su situación, ve el mundo a través de sus ojos y siéntelo a través de su corazón.
“Ayudar a una persona a sentirse mejor acerca del Trastorno, puede ser mejor que tratar de eliminarlo.”
Recuerda, esto es muy importante…
Negar los
síntomas del TDA-H, no protege al niño de las dificultades en la escuela, el
rechazo social y los problemas de conducta, solo le impide recibir la ayuda
adecuada.
Los efectos
secundarios del TDAH pueden ser extremadamente perjudiciales. Los niños con
TDAH están expuestos frecuentemente a años de respuestas negativas por su
comportamiento y sufren una desventaja social y educativa.
Esta
dificultad, en la mayoría de los casos, es persistente, se mantiene más o menos
estable a lo largo de la etapa escolar y en un porcentaje no despreciable en la etapa adulta.
No es la
presencia del síntoma en sí, lo que determina la disfuncionalidad, sino la
intensidad y la frecuencia con la que se da con respecto a la edad de
desarrollo, a su contexto y sobre todo
por la repercusión que tiene en el funcionamiento diario del niño.
Las formas
tradicionales de educar y aprender, no siempre funcionan cuando un niño tiene
TDA-H.
Todo confirma que el TDA-H se debe estudiar desde el entorno
social del afectado. La visión adecuada de los padres y los maestros puede
predecir el futuro
El impacto de los síntomas en los diferentes ámbitos de la
vida es lo que determina la gravedad del trastorno y la medida de la calidad de vida de quien lo
padece y su familia.
La familia, los
padres, constituyen el principal factor protector de los niños ante el TDA-H.
Si no conocemos, no podemos intervenir, no podemos ayudarlo
a salir adelante, no podemos acompañarlo en este camino. Contamos contigo para
trabajar juntos. Tus hijos cuentan contigo para que los ayudes. El maestro
necesita contar contigo, para que lo ayudes a comprender lo que sucede en tu
hijo y trabajar juntos para sacarlo adelante. Si el maestro te ve informado,
que tienes herramientas para el trabajo, que puedes compartirlas, el maestro va
a tratar de ser un buen aliado y también acompañará a tu hijo.